Costumbres que dañan a su restaurante

Ser el propietario de un restaurante tiene algunas ventajas como las comidas por cuenta de la casa. A final de cuentas, como dueño, usted es el responsable de pagar a los proveedores y a los empleados que lo sirven.

Algunos dueños ejercen este privilegio de otras maneras como tomar pan recién horneado o una rebanada de costilla. O tal vez simplemente llenar una bolsa con carne o mariscos y llevarlas a casa para compartir con la familia y en ocasiones tomar un par de botellas de cabernet para disfrutar con los amigos.



No muchos discuten este tipo de acciones, y esta práctica es muy común entre muchos propietarios de restaurantes independientes.
Pero... ¿Alguna vez se ha detenido a pensar qué piensan sus empleados al respecto de estas prácticas?

Ahora lleve esta práctica un paso adelante: ¿Qué pasa con el propietario que toma una "mordida" de la caja registradora?
Tenga siempre presente que este tipo de prácticas jamás pasan desapercibidas por sus empleados.

La realidad es que sus acciones terminarán influenciando a sus empleados mucho más que los reglamentos escritos que usted les da. Aquél cliché de "Hagan lo que digo, no lo que hago" rara vez tiene algún efecto en el mundo laboral.

Como líder de su restaurante, su humor, carácter, ética y hábitos de trabajo tienen mucho más impacto sobre la cultura del mismo que cualquier otra cosa. Si usted quiere tener éxito en crear altos estándares para su personal, entonces debe estar dispuesto a establecer un buen ejemplo al seguirlos.

Si una de las reglas del restaurante es jamás tomar una mordida o una rebanada, entonces usted y sus gerentes deberán seguir esta regla. Las comidas de cortesía están bien, siempre y cuando sean anotadas en el POS para verse reflejadas en el reporte diario y al mismo tiempo, usted enviará a sus empleados el mensaje de que nada es realmente gratuito.

Finalmente, jamás tome dinero de su propio restaurante, es ejemplo de algo que realmente no puede darse el lujo de que sus empleados imiten.