martes, 20 de febrero de 2018

¿De quién es la culpa? - Cuando la productividad está en peligro

¿Cuándo fue la última vez que escuchó algo como esto de parte de su personal?
  • “La hostess no me avisó que tenía una mesa.”
  • “La cocina nunca saca bien mis órdenes.”
  • “El mesero nunca escribe bien las órdenes.”
  • “Le caigo mal al gerente.”
  • “La mesera es muy payasa.”
  • “¿Por qué siempre tengo que hacer yo el trabajo de otros?”
  • “¿Por qué siempre me tocan los peores clientes?”
  • “Eso no me toca a mí.”
  • “Siempre me tocan las peores propinas.”

Un ambiente laboral con mucha gente con este tipo de comportamientos puede dañar gravemente su restaurante –y peor aún – no intentar corregirlo puede bajar la moral y afectar negativamente la experiencia de tus clientes.

Nosotros le sugerimos estos 4 simples pasos para eliminar las quejas

Ponga el ejemplo
Si un empleado llega con una queja por primera vez o al menos usted advierte que es la primera vez, muéstrele que muy probablemente no es culpa de alguien más y cómo se puede buscar una solución para que el trabajo no se detenga. Eventualmente ellos aprenderán que esta es una manera de superarse a sí mismos.

Ayúdelos a aceptar el problema
Hay veces en que las quejas tienen una razón válida por lo que es importante que ellos aprendan a diferenciar. Cuando su queja es válida, direccionar los esfuerzos sin la necesidad de castigar al culpable o hacerlo quedar mal y cuando no lo es, que ellos tengan la disposición de aceptarlo y seguir adelante.


Que ellos resuelvan sus quejas
Una de las formas más efectivas de hacerles saber a tus colaboradores que usted es empático con ellos es preguntarles cómo resolverían ellos mismos el problema. Hacer esto les da la oportunidad de expresar sus preocupaciones y a usted de demostrarles los puntos débiles en sus argumentos, especialmente si estos no se alinean con la misión o cultura de tu restaurante.

Transmita sus expectativas
El personal siempre necesitan saber y recordar que cada quien es responsable de sus acciones y de cómo su actitud negativa puede interrumpir la convivencia dentro del lugar, afectando la experiencia de los clientes, las propinas y el restaurante mismo. Termine siempre la conversación invitándolos a comportarse por encima de una situación así.


Nunca permita que los quejumbrosos pasen desapercibidos en su restaurante. Con estos consejos podrá reducir su número –y si esto no funciona, entonces tendrá usted argumentos para reconsiderar su aportación al ambiente de su restaurante.

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