- Sirve comida y bebida al número de personas que quiere
- Tiene en una atmósfera deseable y
- Cuenta con una ubicación conveniente.
Los casos son siempre similares: restaurantes con probabilidad de ser rentables luchando por su supervivencia.
Y en todos los casos ocurre que al menos dos de estos factores están presentes:
- La comida es horrible
- El servicio es malo
- El restaurante se ve viejo, deteriorado y a veces sucio
- El liderazgo es ineficiente o inexistente
- Hay fricciones entre el propietario y el personal.
La parte más fascinante de cada episodio es que frecuentemente el propietario al principio está a la defensiva y en total negación de qué tan mala es la comida y qué tan mal está siendo administrado, al tiempo que ellos mismos tratan de defender la calidad de su comida, servicio y habilidades de liderazgo.
Durante el episodio, una vez que logran ver la realidad de su situación y qué tan horrible es su restaurante, las cosas empiezan a cambiar para mejor. La transformación de la actitud de los propietarios es frecuentemente tan dramática como del restaurante mismo.
¿Cuándo fue la última vez que usted evaluó objetivamente su comida y servicio o volteó a ver su decoración y mobiliario con ojo crítico?
Estas son algunas de las cosas que pueden darle algo de valiosa retroalimentación acerca de cómo está realmente funcionando su restaurante.
- Utilice algún método de comentarios para los clientes y lea cada una de ellos cuidadosamente, especialmente aquellos menos halagadores.
- Revise qué dice la gente de su restaurante en blogs de crítica o en redes sociales.
- Utilice “mystery shoppers” (consumidores ocultos) con regularidad.
- Realice auditorías en la zona de lavado de platos para ver que es lo que los clientes están dejando sin consumir.
¡Sea objetivo ahora! No espere a que su última oportunidad sea ser elegido como el próximo restaurante desesperado en uno de los Reallity Shows.
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